EDUVINET HOME Algunas contribuciones británicas al desarrollo de una civilización europea común


German translation, French translation, English translation




By Mike Dickson of Park Lane College, Leeds, UNITED KINGDOM, 1997

Contribution to the EDUVINET "European Identity" subject

(Spanish translation of the English original by Govern Balear, SPAIN, 1998)









1. Algunas contribuciones británicas al desarrollo de una civilización europea común

Las quince naciones de la Unión Europea estan comprometidas con formas de gobierno democrático, con el capitalismo liberal y con los valores que los sustentan. Cada nación llegó a este resultado de una forma particular y como consecuencia de su propia historia y desarrollo único.

Gran Bretaña, a través de su historia, ha hecho sus propias contribuciones a la Europa occidental capitalista, libre y democrática, principalmente a través del desarrollo de:

Estrechamente asociadas a ellas estan:




* * * * *




La diferencia principal entre los británicos - o quizás más apropiadamente los ingleses - y sus vecinos continentales es 20 millas de agua: el Canal de la Mancha.

Debido a este accidente geográfico que ha hecho de Gran Bretaña una isla costera separada del continente europeo, muchos europeos continentales creen que los ingleses son insulares.

Esto no es cierto. El Canal de la Mancha a servido de foso muy eficaz, ya que la última invasión militar victoriosa fué hace 900 años. Pero el Canal no ha sido una barrera de influencias culturales provenientes de otras civilizaciones, haciendo de la cultura inglesa la más ecléptica del mundo.

Por ejemplo: el idioma inglés contiene un vasto número de préstamos provenientes de otros idiomas, expresiones que son usadas por los ingleses sin ningún tipo de inhibición. Pero en Francia tienen lAcademie Francaise cuya misión es conservar la pureza del francés de, principalmente influencias anglo-sajonas como "le weekend" y "le supermarche". Por tanto, ¿quienes son más insulares, los ingleses o los franceses?.

Una encuesta reciente a demostrado que la comida más popular en Inglaterra actualmente no es el "roast beef" o el "fish and chips" sino el curry, ¡un plato del subcontinente indio!.

Esto es todo en cuanto a la insularidad británica.

Pero el Canal de la Mancha - esa barrera física que crea un espacio entre Gran Bretaña y la Europa continental - a permitido que las instituciones inglesas se desarrollaran de una forma personal y única.

Charles Darwin, cuando viajó por el Atlántico sur y desarrolló la teoría de la evolución que posteriormente publicó como "El Origen de las Especies", se dio cuenta de que las especies como los pinzones se desarrollaban a lo largo de líneas separadas, en respuesta a su propio entorno local, si las distancias entre las islas que ellos habitaban no les permitían mezclarse y inter-reproducirse.

Del mismo modo, el hecho de que Inglaterra no haya tenido una cultura ajena impuesta por la fuerza desde 1066, a significado que las instituciones inglesas y su manera de actuar se haya desarrollado sin interferencia externa durante la mayor parte del milenio. Por ejemplo: a diferencia de los sistemas jurídicos continentales, que están basados en el Derecho Romano, los ingleses han desarrollado un sistema legislativo común basado en los derechos adquiridos procedentes de la práctica y las costumbres como complemento al Derecho positivo.

Un efecto negativo de este desarrollo por separado, y del constante miedo a las invasiones provenientes de potencias continentales, ha sido que los ingleses hayan tendido a definirse a si mismos a través de las diferencias con sus vecinos continentales. Por ejemplo: desde la época de Isabel I en el siglo XVII hasta el final de las guerras napoleónicas en 1815, después de las cuales dejó de ser un tema vital, los ingleses - que nunca habían sido una raza muy religiosa - se reafirmaron, no obstante, en un sólido protestantismo como la piedra angular de su identidad nacional, en una época en que sus principales rivales continentales, primero España y posteriormente Francia, eran igualmente reivindicativos de su cristianismo católico.

Incluso hoy en día, después de siglos de lazos con el territorio europeo, los ingleses se ven a ellos mismos diferentes de sus vecinos continentales queriendo preservar un sentido de individualidad. Esto explica las dificultades del partido conservador británico, cuya ala "euroescéptica" no quiere tener nada que ver con la moneda única o con una más profunda integración europea.

Pero los británicos son parte de Europa, les guste o no a algunos, y los siguientes artículos tratan de perfilar algunos de los aspectos en los cuales los isleños han contribuido en la moderna civilización occidental europea, de la cual todos disfrutamos hoy en día.

Diferentes, posiblemente. Insulares, ¡nunca!.




2. Algunas consecuencias de la guerra civil (1642-1648) en la civilización inglesa.

Inglaterra no a sido invadida victoriosamente desde 1066. Pero la mitad del siglo XVII fue testigo de la Guerra Civil entre el Rey y el Parlamento, también conocida como la revolución inglesa.

La guerra terminó con la derrota y la ejecución del Rey Carlos I y el establecimiento de la República de Oliver Cromwell desde 1649-1660.

La Revolución Inglesa fue un acontecimiento que definió la política, la religión y la sociedad inglesa y, como una piedra lanzada en aguas tranquilas se expandió hacia Europa y América, diseminando ideas políticas y sociales todavía influyentes hoy en día. (Todavía es posible encontrar pequeños gripos de radicales de extrema izquierda en el mundo de habla inglesa llamados "Diggers and Levellers", nombre original de sus antecesores en siglo XVII, y como ellos viven y predican la igualdad).

Pero el Protectorado de Oliver Cromwell que siguió a la Guerra Civil era esencialmente conservador y cuando Cromwell murió y la monarquía fue restaurada bajo Carlos II, la mayoría de la gente prefería la realeza al auto-nombramiento del Señor Protector.

Sin embargo, el reloj no se atrasó a 1642 y tanto la monarquía restaurada como el pueblo aprendieron la lección de la horrible experiencia de la guerra civil. Tres características de la cultura inglesa fueron interiorizadas en la consciencia nacional en esta época. Estas fueron:



El anti-militarismo

La Guerra Civil y sus consecuencias engendraron un pavor a los ejércitos permanentes y un odio hacia la arrogancia militar. Los ejercitos siempre se disgregaban al finalizar las guerras, dando como resultado que los británicos normalmente se encontraran deficitariamente preparados para la siguente guerra. Los poderes civiles, no los militares, siempre han sido la primera linea de defensa contra el malestar de la población. No hay una clase de oficiales distintiva - todos los soldados británicos son civiles de uniforme. No hay jactancia, ni marcha militar en el Ejército Británico.

Los civiles y los militares siempre se han mantenido separados. Las Fuerzas Armadas hacen su juramento de lealtad a la Reina quien esta por encima de la política. Desde el tiempo de Oliver Cromwell, ninguna figura militar a podido alcanzar poder suficiente como para amenazar al estado.

El desfile de la victoria al final de la guerra de Falklands en 1982 no fue universalmente popular y muchos la vieron como triunfalista. El Arzobispo de Canterbury, el más alto representante de la iglesia de Inglaterra dió un sermón de reconciliazión que no fue muy bien recibido por Margaret Thatcher, la Primer Ministro, cuya carrera política había sido salvada por la victoria de las Fuerzas Armadas en el Atlántico sur.



Un odio al "entusiasmo"

Una aversión a lo que conocemos en siglo XX como fanatismo o extremismo fue una reacción al ardor político y religioso de la Guerra Civil. Este sentimiento fue explícito en siglo XVIII de acuerdo con el neo-clasicismo de ese periodo. Posteriormente fue interiorizado en subconsciente de la psique nacional. La adhesión a gran escala y la búsqueda de causas ideológicas nunca ha sido una seria amenaza para el estado británico. El inicial respaldo a la Revolución Francesa decayó con los excesos de la época del Terror. Ni el comunismo ni el fascismo tuvieron el suficiente apoyo popular como para que se diera la amenaza de revolución. Los británicos se organizan y manifiestan en la búsqueda de causas y temas determinados de extraordinario interes, y no por razones ideológicas. Las manifestaciones son casi siempre pacíficas, siempre y cuando no haya infiltraciones por parte de pequeños grupos extremistas no influyentes, y no hay cuerpos especiales de policia antidisturbios.

Los gobiernos conservadores han estado en el poder durante la mayor parte de este siglo, principalmente porque la gente los ha visto como el partido de la moderación y el sentido común práctico, en oposición al acercamiento más ideológico de sus rivales menos afortunados en las urnas del Partido Laborista. (Margaret Thatcher fue una excepción, siendopara los británicos, una Primer Ministro muy ideológica. Con John Major, la antigua tradición había sido restablecida. Tony Blair es el líder más anti-ideológico de la historia del Partido Laborista.).

Las relaciones que tienen los británicos con los ideólogos son siempre de mofa. Las caricaturas de Adolf Hitler son todavía figuras rescatadas para la diversión. Los políticos extremistas son tratados con mucho recelo y obtienen muy pocos votos en las urnas. Que un político del ala conservadora se "envuelva con la bandera del Reino Unido" invita al ridiculo popular. En Gran Bretaña en época de elecciones, la lucha entre los principales partidos es por ocupar el espacio de centro.

Los británicos son considerados de manera bastante correcta como una nación que juzga a los teóricos e intelectuales con gran desconfianza.



La tolerancia y la globalización

Desde la época de Isabel I en el siglo XVI, los mejores gobernantes ingleses han defendido al estado en tiempos de agitación social y política incluyendo en el STATUS QUO tantos intereses e individuos diferentes como fuera posible. Esto ha engrandecido el centro a expensas de los extremistas, que desde entonces se han convertido en marginales y han dejado de ser una amenaza.

El intento de restaurar los privilegios reales y reafirmar el Catolicismo por parte de Carlos I amenazó esta tradición y desembocó en la Guerra Civil. Posteriormente, todos aprendieron la lección (con la excepción de James II - véase el siguiente artículo).

Este principio se aplicó en los asentamientos religiosos a finales del siglo XVII cuando los católicos y las minorías no-conformistas eran toleradas en la supremacía protestante siempre y cuando la opinión pública lo permitiera. El mismo acercamiento prevaleció durante el siglo XIX cuando las clases dirigentes, de cada vez más incapaces de resistir el clamor de las nuevas clases sociales proletaria y media - para que se les concediera el derecho al voto, gradualmente reconocieron las demandas para las reformas democráticas. (véase el siguiente artículo.)

Hoy en día, esta tradición sigue viva en la vida pública británica. Hasta ese momento, los británicos no querrán saber nada del sistema de votación proporcional, temiendo que eso pudiera dar demasiado poder a las minorías extremistas. El sistema "first-past-the-post" significa que, para alcanzar el poder, un partido político necesita ser una coalición que lo abarque todo para acumular un respaldo suficiente de votantes que le permita ganar las elecciones. De este modo, el Partido Conservador tiene tanto miembros del Parlamento que creen apasionadamente en la Moneda Única Europea y en una mayor integración política y económica, como otros que, si pudiesen , sacarían a Gran Bretaña de la Unión Europea.

La misma tradición se aplica en instituciones no-políticas. La Iglesia de Inglaterra siempre ha sido lo suficientemente abierta como para permitir una amplia variedad de puntos de vista sobre temas religiosos. Pero hoy en día, sacerdotes que creen en Dios parecen co-existir amigablemente con los que no lo hacen, y mujeres-sacerdote con aquellos para los cuales la idea es anatema.

Esta es la base de la percepción popular de los británicos como hipócritas. Los británicos han aprendido de la experiencia de su historia que la vida no es negra ni blanca sino que es una extensa gama de grises. Ningún partido tiene el monopolio de la verdad y todo el mundo tiene derecho a tener su punto de vista. El hecho de vivir juntos en nuestra estrecha y pequeña isla requiere muchos estira y afloja y compromiso. Hipocresía si lo prefieren, pero mucho mejor que la otra alternativa.




3. El desarrollo de la democracia parlamentaria en Gran Bretaña.

El punto de partida de ese proceso evolutivo normalmente se da en 1688, cuando el último rey católico de Inglaterra huyó del país, habiendo intentado reafirmar ciertas prerrogativas de la monarquía, cuyo ejercicio había sido disputado en la Guerra Civil Inglesa cuarenta años antes i que había tenido como resultado la derrota y ejecución del rey Charles I.

La Guerra Civil fue ganada por el Parlamento, principalmente la Cámara de los Comunes, que representaba a las aspirantes clases medias protestantes, y sus aliados de las clases altas en la Cámara de los Lords. Los Comunes custodiaban celosamente el poder y los privilegios que habían ido adquiriendo gradualmente. Consideraban reaccionario y amenazante para su posición el intento de Carlos I de recuperar estos poderes y veían como si el monarca intentara debilitar la Iglesia Protestante de Inglaterra.

Jaime II fue reemplazado por los protestantes holandeses, Guillermo y María, que fueron invitados por las clases gobernantes inglesas a ocupar el trono. A estos acontecimientos les siguió la Ley de Asentamiento que declaraba que a partir de ese momento todos los monarcas tenían que ser protestantes, y la Declaración de Derechos, que constitucionalmente garantizaba ciertos derechos a los súbditos que se vieron amenazados por el ejercicio de poderes arbitrario de la monarquía.

Los dos principios vitales que fueron establecidos en estos tiempos fueron, primero, el del imperio de la ley que restringía el poder del monarca para actuar de forma tiránica, así que el sistema francés de "lettres de cachet" no era posible en Inglaterra ya que la ley de HABEAS CORPUS prevenía los arrestos y encarcelamientos arbitrarios. El segundo principio era que "el rey en el Parlamento era soberano" lo que significaba que el monarca solamente podía actuar con el consentimiento de las dos Cámaras del Parlamento, la de los Comunes y la de los Lords. Su poder estaba sometido al contrapeso de los dos cuerpos que representaban a las clases dirigentes del país.

Este segundo principio se convirtió en el fundamento del desarrollo de un sistema de democracia parlamentaria en Gran Bretaña, y hasta el día de hoy todos los actos del Parlamento son encabezados con la fórmula:


"Sea aprobado por su muy Excelencia su Majestad la Reina, por y con el consentimiento de los Espirituales y Temporales Lords, y los Comunes, en la congregación de este presente Parlamento, y bajo la autoridad del mismo, lo siguiente:"

El siglo XVIII vio el desarrollo de las instituciones esenciales de una democracia parlamentaria en estado embrionario y las relaciones entre ellas: por ejemplo:-

¡Por supuesto, el sistema no era democrático!. El gobierno era un juego al que sólo accedían las clases dirigentes, un pequeño número de terratenientes y ricos mercaderes y su séquito, los cuales consideraban que sólo ellos, por virtud de su fortuna y poder, tenían "una participación en el país". Pero funcionó: el ejercicio del poder arbitrario estaba controlado, el imperio de la ley prevalecía, todo hombre tenía su libertad y todos tenían derecho a un juicio justo. El sistema trajo consigo la paz, el orden, bajos impuestos (al menos en tiempo de paz) y un crecimiento económico sostenido para todos los sectores de la sociedad.

Este régimen incluso tuvo su filósofo: John Locke (1632-1704) afirmó que la constitución Inglesa fue construida sobre el triple pilar de los derechos de todo sujeto a "la vida, la libertad y la propiedad". Esto produjo extraños resultados: en el siglo XVIII, una mujer era en realidad de la propiedad de su marido y por tanto el tenía derecho a azotarla si lo deseaba, siempre que según un famoso fallo judicial de aquel tiempo- el palo que usara "no fuera más grueso que el pulgar del hombre" (origen de la expresión "rule of thumb" "regla del pulgar", que significa regla general-). Pero ella no podía ser privada de su libertad y si su marido la azotaba hasta matarla, ¡lo colgaban por ello!.

La presión para reformar un sistema electoral estrecho, restrictivo, corrupto y no representativo empezaron a crecer a finales del siglo XVIII bajo la influencia de ideas democráticas de América y Francia y de las nuevas clases medias que empezaron a aparecer con el aumento de población, el crecimiento económico y la industrialización.

Pero los esfuerzos para reformar el derecho al voto fueron duramente resistidos por la élite dirigente y no fue hasta 1832 que el principio fue concedido con la llegada de la Ley de la Gran Reforma. A pesar de su nombre, esta medida sólo extendió ligeramente el derecho al voto y el pequeño número de votantes estaba igualmente expuesto al soborno, la corrupción y la manipulación en manos de unos poderosos derechos adquiridos, como siempre había sido, especialmente por el hecho de que aún faltaban algunos años para que llegara el sistema de votación secreta.

Pero la brecha había sido abierta. Bajo una presión irresistible, primero por parte de la creciente clase media y después por la nueva clase proletaria, el derecho al voto fue ampliado en 1867, 1884 y 1918. Finalmente en 1928 todos los hombres y mujeres mayores de 21 podían votar en lo que eran entonces votaciones secretas.

El sistema de gobierno que fue establecido en 1699-89 se había desarrollado no democráticamente durante 150 años por las clases dirigentes para su propio interés. Paradójicamente, desde su punto de vista, el equilibrio de poder incorporado en la constitución , hecho para proteger sus propios derechos y libertades, fue el instrumento que permitió que durante los siguientes 90 años perdieran el control y lo dejaran en manos de representantes democráticamente elegidos por el pueblo. Las instituciones del gobierno que heredaron fueron aquellas que empezaron a evolucionar en condiciones totalmente diferentes a finales del siglo XVII y principios del XVIII.




4. Adam Smith y "La Riqueza de las Naciones"

Adam Smith (1723-1790) formuló las bases de las ciencias económicas modernas con la publicación de su libro, "La Riqueza de las Naciones", en 1776. Puede ser considerado como el padre fundador del capitalismo liberal moderno.

Él fue quien puso las bases del liberalismo económico del siglo XIX y principios del XX, que con la gradual expansión del libre mercado fue la causa del regular crecimiento económico sostenido en el mundo occidental, al menos hasta la Gran Depresión de los años 30 que dio lugar a una aproximación radicalmente diferente a la economía clásica que ayudó a crear.

El punto de partida de Adam Smith fue la convicción de que el sistema mercantilista del siglo XVIII, con su proteccionismo, privilegios y regulación por parte del estado, era una barrera para el crecimiento económico y la expansión general de la prosperidad entre la población. En cambio, él propuso que el propio interés de individuos privados, dirigido únicamente por un sistema de libre mercado sin restricciones la "mano invisible"- llevaría al provecho privado, el beneficio público y la armonía social por medio de la producción de riqueza de la nación de la manera más natural. Su teoría de la división laboral especialización era, según él creía, la clave del crecimiento económico. La intervención de los gobiernos en las libres operaciones del mercado sólo podían ser nocivas, no beneficiosas.

La explicación de Smith era comprensible e integrada, aunque sus ideas no fueran necesariamente originales. Su análisis de lo que él consideraba los males de la economía de su época, y su síntesis de los muchos argumentos económicos que entonces circulaban, hicieron que la economía fuera comprensible para los "formadores de opiniones" y los "tomadores de decisiones" de aquel tiempo e inauguró la época de la teoría económica clásica. De hecho, él redactó la agenda de los siguientes 75 años, y los pensadores sobre economía formularon preguntas que el ya había hecho pero que no intentó responder, tales como:

Smith escribió cuando la revolución industrial había apenas empezado y desde un mundo económico de empresas a pequeña escala, artesanos y vendedores. No habría reconocido la Gran Bretaña de mediados del siglo XVIII y se hubiera sorprendido de que sus ideas, concebidas en muy diferentes circunstancias, hubieran evolucionado en la ortodoxia económica de la época. Se hubiera sorprendido todavía más si hubiera conocido el laissez-faire de la economía del siglo XIX, de la cual él fue su progenitor involuntario, hubiera inspirado una reacción de antítesis social y económica de la de Marx y Engels que se desarrolló en la secular religión anticapitalista del comunismo.

Desde la desaparición del orden económico clásico en el Crack de 1929 y los años posteriores, Keynes y el Monetarismo como también el comunismo, han tenido su momento. Pero no fue hasta los años 80 que el espíritu del radicalismo del mercado libre de Smith se recrudeció de nuevo con Thatcher, Reagan y sus mentores, aunque en circunstancias inimaginables para su creador.

Pero incluso en los apagados años 90, la influencia de Smith permanece. El liberalismo económico y el libre mercado en sus variantes americana, británica o europea continental, a pesar de sus inconvenientes sociales, han proporcionado mayores beneficios tangibles a un mayor número de personas que ningún otro sistema económico del mundo. Así pues, la guerra por el proteccionismo y la carrera hacia la apertura de muchos más mercados continua en beneficio del libre mercado, tanto dentro de la Unión Europea como en el mundo entero.



FIN















Fuentes bibliográficas







1.


La Cámara de los Comunes:

Una cámara elegida por el pueblo


" Las libres elecciones son la base esencial de la democracia".
Profesor A. Mathiot: El sistema político británico






I REFORMA DEL SISTEMA ELECTORAL

"La democracia", escribe George Bernard Shaw en Maxims for Revolutionists, "sustituye a una minoría corrupta por elecciones por incompetentes por designación". Es posible que haya una parte de verdad en su cinismo, pero la solución está en intentar por todos los medios que los electores sean menos incompetentes, ya que no puede decirse que la democracia esté del todo consolidada en un país hasta que todos los adultos no disfruten del derecho al voto. Naturalmente esto implica que se conceda el mismo poder para votar a todas las personas aunque tengan desigual capacidad de raciocinio en asuntos de gobierno, desigual disposición para prepararse en el ejercicio de sus derechos políticos, y desiguales responsabilidades como ciudadanos, tanto funcionales como financieras. Pero garantiza la aplicación universal de un principio el cual es fundamental en los derechos del individuo la oportunidad de tener voz para determinar cómo debe ser gobernado- y elimina la posibilidad de discriminación política por razones de ingresos, idioma, nacionalidad, color, credo o sexo.

Aunque el principio de representación ha funcionado en Gran Bretaña durante más de setecientos años, el sufragio universal de adultos fue institucionalizado hace tan sólo unos cincuenta años. Tampoco es que Gran Bretaña fuera a la zaga de otros países, ya que el principio ha sido reconocido como un objetivo esencial recientemente. Incluso en la Antigua Grecia, que acunó la filosofía política de la democracia, sólo los hombres libres tenían derecho al voto. De la misma forma en Inglaterra, donde una guerra civil decidió la supremacía del Parlamento, los frutos de la victoria no fueron compartidos con el pueblo. De hecho, cuando el Coronel Rainsborough sugirió que el nuevo Parlamento de 1647 debía estar basado en el sufragio adulto, tuvo como enérgico adversario a Cromwell, el cual pensaba que el derecho al voto no basado en la propiedad conduciría a que la mayoría confiscara las posesiones de la minoría. El punto de vista de Cromwell prevaleció, y durante casi otros doscientos años sólo los intereses sobre tierras fueron directamente representados en el Parlamento, siendo el voto limitado a tres adultos de cada cien.



REPRESENTACIÓN Y VOTO A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX

En 1830 la Cámara de los Comunes estaba formada por 658 miembros, representando 40 condados ingleses, 179 municipios, 24 ciudades, las universidades de Oxford y Cambridge, 12 condados galeses y 12 municipios galeses, y las circunscripciones electorales escocesas e irlandesas.

El elemento más estable eran los condados ya que habían cambiado poco desde el Parlamento Modelo. Pero a finales del siglo XVIII los condados se habían visto



Fig. 1. Number of persons having right to vote per 100 adults.



bajo varias "influencias". Sussex, por ejemplo, proporcionaba dos de los once escaños que estaban prácticamente controlados por el Duque de Newcastle. A menudo los escaños se consideraban hereditarios, y las elecciones eran poco comunes ya que se podía llegar a un acuerdo para evitar la pugna por ellos.

Sin embargo eran los municipios, que escrutaban dos tercios de la Cámara de los Comunes, los que realmente determinaban su composición política. La mayoría obtuvo el derecho a mandar dos miembros al Parlamento unos 300 años atrás, pero en el interín el número había variado considerablemente, resultando en algunos casos casi irreconocible. Además, la Revolución Industrial había provocado un movimiento de población hacia las Midlands y el norte de Inglaterra, así como el crecimiento de grandes ciudades, mientras que los municipios se concentraron en el sur. De este modo, Cornwall, con una población de 300.000 habitantes en 1831, escrutó 42 miembros, mientras que Lancashire, teniendo 1.300.000 habitantes, tan sólo escrutó 14. Grandes ciudades tales como Manchester, Birmingham, Leeds y Sheffield no escrutaron ningún Miembro del Parlamento.

El derecho al voto también estaba desfasado. En los condados, la calificación uniforme establecida en 1430, todavía prevalecía. Era suficiente la posesión de tierra libre o casa de vecindad con el valor de 40s. al año. Las elecciones tenían lugar en la corte del condado y a menudo duraban varios días. No se preparaba ninguna lista. Aquellos que reclamaban el derecho al voto acudían a la corte y prestaban juramento al efecto de confirmarlo. A menudo esta cualificación se obtenía mediante la estratagema de labrar una pequeña proporción de tierra de una propiedad mayor. Al no haber votaciones secretas, los electores podían ser intimidados o sobornados por patrones ricos.

El derecho al voto en los municipios, a diferencia de los condados, era irregular, dependiendo en gran medida en la costumbre local. Algunos municipios eran bastante democráticos. De este modo, en los municipios "scot and lot", se aceptaba como cualificación para votar la responsabilidad de pagar la tasa de pobreza local, mientras que en los municipios "potwalloper", todas las personas que tuvieran una habitación individual con un hogar donde pudieran cocinar su propia comida tenían derecho al voto. Sin embargo, la mayoría de municipios tenían un número limitado de electores. En algunos casos, el derecho a votar era disfrutado por todos los hombres libres por herencia; en otros, en los municipios "cerrados", estaba restringido por fuero a los miembros de la corporación municipal, normalmente auto-elegidos, normalmente no residentes, y cuyo cargo estaba limitado al recibo de sobornos por parte de un futuro Miembro del Parlamento. Pero las anomalías más graves se daban en los municipios "burgage", donde el derecho al voto estaba con frecuencia basado en la ley común y conferido por costumbre a la ocupación o posesión de una antigua casa o parcela de terreno. Tanto Old Sarum en Wiltshire como Midhurst en Sussex, pequeñas parcelas sin ningún residente, eran suficientes para escrutar dos miembros, y Gatton en Surrey, aunque convertida en zona verde, disfrutaba del mismo derecho.

Dos consecuencias significantes destacan de este sistema irracional de sufragio. En primer lugar, el derecho al voto estaba muy limitado. En 1831 sólo unas 435.000 personas de una población total de unos 20 millones podían votar. El porcentaje de votantes por población podía variar de un lugar a otro. Winchester, con una población de 9.000 habitantes, tenía 60 votantes, mientras que Escocia, con una población de 2 millones de habitantes, tenía tan sólo 3.000. En segundo lugar, los escaños estaban en manos de poderosos patrones, mayoritariamente terratenientes que, o bien eran propietarios de los municipios "pocket" o "rotten" , o sobornaban o intimidaban a los votantes. Estos patronos podían vender los escaños al mejor postor o buscar apoyo en el Parlamento a través de sus candidatos cuando estos necesitaran algún cargo o honores. No es de extrañar que Younger Pitt exclamase: " Esta Cámara no es representativa del pueblo de Gran Bretaña; es representativa de municipios nominales, de ciudades arruinadas y exterminadas, de familias nobles, de individuos acaudalados, de potentados extranjeros".

Sin embargo, aunque la Cámara de los Comunes fuera anti-democrática, no puede ser condenada por completo. En aquella época la democracia no era aceptada como un ideal y a menudo se la consideraba como cercana a lo que sería la ley de la calle; incluso Burke pensó que el Parlamento no debería representar al pueblo sino a "la propiedad y a la inteligencia". Algunas personas han defendido el sistema basándose en el hecho de que jóvenes con talento como Younger Pitt y Charles James Fox entraron en el Parlamento proviniendo de municipios "rotten". También puede decirse imparcialmente que el Parlamento gobernó, en gran medida, de acuerdo con los deseos del pueblo. Los hombres que representaban a los municipios extinguidos habían desafiado al Papa, hecho frente a un Rey despótico, luchado con éxito en guerras contra los holandeses en el siglo XVII y contra los franceses en el XVIII. Y cuando se intensificaron sus demandas, consintió su propia reforma.

Sin embargo, hacia finales de siglo, varios factores empezaron a socavar la estructura de Parlamento. Jorge III, haciendo uso de su influencia contra los Whigs, los unió para que demandaran la reforma del obsoleto sistema electoral que hizo que esto fuera posible. Además, la Cámara de los Comunes se estaba volviendo ineficiente, poniéndose de manifiesto en la pérdida de las colonias americanas, desatendiendo los deseos del pueblo, y el respaldo popular a John Wilkes da prueba de ello. La antigua Cámara de los Comunes había tenido éxito, sólo porque, como asamblea de grandes terratenientes, se ajustaba a la estructura general de una sociedad agraria. Cuando la Revolución Industrial hizo que esta sociedad desapareciera su desmoronamiento fue definitivo. Las clases medias estaban de cada vez más insatisfechas con su exclusión del poder político; los trabajadores, sufriendo unas condiciones pésimas de trabajo y casa, empezaban a darse cuenta que la reforma del Parlamento era un paso necesario para que la legislación mejorara su situación. El crecimiento de la prensa popular, las represiones que siguieron a las Guerras Napoleónicas y los débiles e inestables gobiernos de la década de 1820 hicieron que se intensificaran sus demandas.



LA LEY DE REFORMA, 1832

Los primeros intentos de reforma en el siglo XVIII no cobraron empuje por falta de organización. No tuvieron el respaldo de ningún partido político, y tan sólo representaron los esfuerzos espontáneos y aislados de un grupo de individuos. Aunque la revista The Gentlemens Magazine había divulgado los debates parlamentarios con regularidad desde 1736, la primera sociedad política no se creó hasta 1769. Esta se llamaba " The Society of the Supportes of the Bill of Rights" (Sociedad de los Partidarios de la Declaración de Derechos) y fue fundada para respaldar a John Wilkes y para presionar en la reforma parlamentaria. En 1776, Wilkes entró a formar parte del Parlamento para "una representación justa e igualitaria del pueblo en el Parlamento" y se presentaron demandas para limitar las prácticas de soborno y corrupción en las elecciones. Sin embargo, se interrumpió el progreso debido a los desafueros de la Revolución Francesa y a las exigencias de las guerras posteriores con Francia.

Con el fin de las Guerras Napoleónicas, el pueblo volvió a interesarse por los asuntos parlamentarios. En 1830 Attwood fundó la Unión Política de Birmingham, una alianza política pacifista de las clases medias y bajas de la ciudad. El enlace produjo beneficios mutuos: las clases medias organizaron y dirigieron el movimiento, los trabajadores le dieron peso.

Aunque 1830 fue un año de revoluciones en toda Europa, en Gran Bretaña no hubo violencia apreciable. La atención de la gente estaba orientada en la reforma parlamentaria, y este fue el tema dominante en las elecciones que siguieron a la muerte de Jorge IV en julio de este año. El Gobierno del Duque de Wellington continuó hasta noviembre que fue derrotado, y Lord Grey, el líder de los Whigs comprometido con la reforma, se convirtió en Primer Ministro. Pero tuvieron que pasar dieciocho meses de crisis política y la amenaza de revolución antes de que su Proyecto de Ley de Reforma se convirtiera en ley.

La Ley de Reforma, 1832, constaba de tres disposiciones principales. Primero, se distribuyeron los escaños. 56 municipios "rotten" perdieron completamente el derecho al voto y 31 perdieron un miembro, permitiendo que así se transfirieran 143 escaños a las grandes ciudades del norte de Inglaterra. Segundo, se amplió el sufragio. En los condados, a los tradicionales arrendatarios de 40s., se añadieron "copyholders" de 10 libras y arrendatarios a largo plazo de 10 libras, y arrendatarios a corto plazo de 50 libras y inquilinos ocupando tierras o casas a una renta mínima anual de 50 libras. En los municipios, los diversos derechos tradicionales para votar fueron abolidos y reemplazados por un requerimiento uniforme la ocupación de cualquier premisa por un valor anual de 10 libras. Y por último, la ley aseguró el registro de electores cualificados. Una persona sólo podía votar si su nombre aparecía en el registro electoral; y este sigue siendo el sistema hoy en día.

Si se juzga por sus efectos inmediatos, la Ley puede parecer bastante insignificante. No alcanzó el sufragio democrático; a un ya pequeño electorado, se le sumaron 217.000 votantes, un aumento del 50%. De hecho, el descenso del valor del dinero a mitad de siglo, mientras que el valor anual de muchas casas aumentó en 10 libras, tuvo un efecto mucho mayor. (Esto, junto con el aumento de población, produjo un electorado de alrededor de un millón en 1866). Tampoco trajo consigo una completa igualdad en la distribución geográfica del voto. Muchos pequeños municipios todavía conservaban un miembro y uno de cada cuatro habitantes votaban, mientras que en las grandes ciudades industriales la proporción era de sólo 1 de cada 45. Además, la vieja corrupción continuó, y aunque el electorado dejó de estar en manos de los amos del municipio, este era suficientemente pequeño para poder ser comprado. Las elecciones estaban todavía marcadas por la intoxicación y la violencia.

Sin embargo, constitucionalmente, los efectos de la Ley de Reforma fue fundamental y de gran alcance. El principio de nominación se reemplazó por el principio de elecciones. Los Miembros del Parlamento siguieron siendo aristocráticos, predominando los intereses de tierras y comercio, pero ya no eran independientes a los puntos de vista de sus electores. Los partidos se habían extendido del Parlamento a todo el país, ya que ahora la soberanía recaía en última instancia sobre el electorado. Por otra parte, el Soberano había perdido el control sobre la composición de su ministerio; Guillermo IV tuvo que enfrentarse a esto al cabo de dos años, ya que no pudo retener a Peel, un Tory, como Primer Ministro, ya que el electorado había dado la mayoría a los Whig en la Cámara de Comunes. De este modo, el Gabinete tenía que ser elegido por el partido que tuviera el respaldo de los Comunes y así se enlazó de forma directa con el sistema de partido extendido. Por último, la investidura de poder político al electorado aumentó la importancia del cuerpo representativo, los Comunes, a expensas de los Lords.

Aunque los efectos de la Ley de Reforma necesitaron su tiempo para que se hicieran evidentes, la siguiente legislación continuó con el espíritu de reforma. El Acta de Enmienda de la Ley de Pobreza, 1834, y la Ley de Corporaciones Municipales, 1835, dieron prueba de que el Gobierno, y no el miembro particular, se había convertido en el móvil de la legislación.


Harvey, J. and Bather, L.: "The British Constitution and Politics", Fifth Edition, published by Macmillan Educational 1982, pages 44-52.
















2.


Adam Smith 1723­1790

Adam Smith es considerado el padre fundador de las ciencias económicas. Smith nació en Escocia, hijo de un interventor de aduanas en Fife, Escocia. En 1737 se fue a la Universidad de Glasgow a estudiar filosofía moral. Tres años más tarde entró en el Balliol College de Oxford, sin embargo, no permaneció en Oxford por mucho tiempo ya que no le proporcionaba el tipo de educación que él estaba buscando.
Adam Smith regresó a Escocia y en 1752 ocupó la cátedra de filosofía moral de la Universidad de Glasgow. Al cabo de los años, el estudio de la economía política empezó a llamar su atención. Su larga vida de trabajo culminó con la publicación de su libro The Wealth of Nations ( La Riqueza de las Naciones) en 1771. The Wealth of Nations se convirtió en la base para el estudio de la asignatura de economía y por consiguiente para el desarrollo de la escuela clásica de economía. Inspiró a políticos y hombres de estado a prever una nueva sociedad más liberal.



EL CONTENIDO DE LA RIQUEZA DE LAS NACIONES


A) ESPECIALIZACIÓN LABORAL

Adam Smith reconoció que el crecimiento económico de un país dependía del aumento continuo de la productividad laboral. La clave para este crecimiento en la productividad del trabajo era la división y especialización laboral. Ya que si un trabajador realiza una tarea concreta día tras día éste se convertirá en experto en esa tarea y por tanto su nivel de trabajo aumentará con el tiempo.


B) SALARIOS

En cuanto a los salarios, estos deberían ser mantenidos al nivel de subsistencia si la economía no está creciendo. Sin embargo, en un país como Gran Bretaña, que estaba experimentando una revolución industrial, los sueldos de las clases trabajadoras deberían subir por encima del nivel de subsistencia.
Adam Smith hizo incapié en que cuando hubiera negociaciones salariales entre el empresario y el trabajador, el empresario siempre tuviera la última palabra, lo que creaba una tendencia de bajada del nivel de salarios.


C) EL SISTEMA DE MERCADO

De acuerdo con Adam Smith, el hombre de negocios se siente motivado por los beneficios. Por tanto, los dueños de recursos económicos tales como la tierra, la mano de obra y el capital, dirigirán estos recursos a aquellas áreas de la economía donde los beneficios sean mayores. Sobre esta base, una economía de libre mercado basada en la operación de las fuerzas de la oferta y la demanda, regularía la actividad económica en el país, de la mejor manera posible. Por tanto, la intervención del Estado debería ser insignificante, ya que la interferencia del Estado destruye las fuerzas de una economía de libre mercado. Esta es la razón del énfasis que Adam Smith puso sobre la supresión de todos los aranceles, haciendo así de Gran Bretaña una nación de libre comercio.
La promoción de un sistema de libre mercado fue un ataque directo al sistema mercantilista, con sus regulaciones restrictivas, instituciones, prácticas y privilegios monopolistas.


D) EL INDIVIDUO

La Riqueza de las Naciones se basa en la premisa de que el propio interés del individuo es de primordial importancia. Al permitir que el individuo tenga la libertad y decisión de perseguir su propio interés, sólo entonces la sociedad podrá conseguir los más altos beneficios.


E) EL ESTADO

Adam Smith trató en su libro el tema del papel que juega el Estado. Smith limita las actividades del Estado a tres funciones básicas:

  1. Defensa
  2. Justicia y Gobierno Civil
  3. Prestaciones de trabajos públicos e instituciones públicas. Por trabajos públicos, Adam Smith se refería a proyectos a gran escala tales como carreteras, canales, puentes y puertos


F) IMPUESTOS

Adam Smith tenía una visión muy progresista en cuanto a los impuestos, ya que sugirió en La Riqueza de las Naciones que los impuestos proporcionales eran muy injustos porque los ricos podían pagar una proporción mucho más grande de tasas por sus ingresos. Por tanto, Smith defendía más el pago de impuestos progresivo (basado en la posibilidad de pago) que el proporcional.
La Riqueza de las Naciones fue el primer libro que dio una oportunidad para conocer el funcionamiento de una economía, proporcionó un marco para el futuro desarrollo de las ciencias económicas; y dio a políticos y hombres de estado una visión de una nueva política económica más liberal.


Korzeniewicz, Richard: "Adam Smith 1723-1790", in British Economic and Social History, Regency Press 1985.


















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